Imagine

Imagina que los políticos pensaran en aquellos a los que representan, y no en los que los sobornan. Imagina que nadie tuviera que obedecer ciegamente a cualquier poder, grande o pequeño, como lo hace ahora. Imagina que los periódicos informaran y fueran críticos, en lugar de imponer la opinión de falsarios sobre las mayorías domesticadas. Imagina que la verdad fuera verdad, escrita al derecho o al revés, y las noticias falsas, las que inventa un algoritmo, no tuvieran el peso y la apariencia de interpretaciones. Imagina que se pudiera oír la voz de los represaliados, incluso los que viven en países supuestamente libres, en lugar de la de aquellos que mienten de oficio, mucho más respetados en los tribunales.

            Imagina que pagasen impuestos los que más tienen, imagina que la justicia estuviera al servicio también de los inocentes, no sólo de los que han cometido delitos. Imagina que el arte dijera verdades que la gente reconociera, no sólo los mercados, y los buenos escritores y buenos pintores y buenos escultores y arquitectos tuvieran la certeza de que los impedimentos entre ellos y su obra, entre su obra y lo que significa, hubieran desaparecido. Imagina por una vez que existiera una posteridad, que en el futuro generaciones venideras recuperan lo que les está quitando el vacío que hemos instaurado y en el que vivimos.

            Imagina que John Lennon no hubiera muerto, y estuviese poniendo letras a vidas anónimas como la de Mark David Chapman. Imagina que no hubiera que escribir distopías, y que hubiera un género literario que se llamara Ser feliz. Imagina que no existiese extrañeza entre los dispares, entre los lejanos, y que fuera posible quedar para tomar un café, acompañados del traductor de Google, con un intelectual de Corea del Norte. Imagina que Google no nos espiara y vendiera nuestra alma a Wall Street, ni supiera nada de lo que nos preocupa. Imagina que existiera la privacidad, y pudiésemos hablar libremente con el teléfono sobre la mesa.

            Sé que el mundo, o más bien la sociedad, repudia continuamente al individuo. Vivimos a la intemperie, aunque tengamos un techo con wifi encima de nosotros. Me lo dice un estimado lector argentino al que no conozco, pero aprecio, Leandro Coca, porque sé que da buenos consejos. Uno de ellos es que deje, en mis entradas, una puerta abierta a la esperanza. Es lo que trato de hacer en esta. La esperanza está ahí. En nuestras manos está ser algo más que una pasión inútil: cambiemos el mundo que nos es más inmediato, que nos rodea. Nuestro pequeño mundo. En cuanto al gran mundo, tomemos decisiones humanas. Optemos por lo público, por lo que compartimos. Movámonos en los ámbitos en los que tenemos cosas que aportar, y aportémoslas. Seamos felices a pesar de las condiciones que los poderosos ponen para que sobrevivamos. Hagamos que nuestra intemperie tenga una luna bellísima en lo alto.

3 comentarios sobre “Imagine

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  1. EXCELENTE amigo y colega. Es compleja la idea que perpetran porque se fogonea el individualismo y se suprime la subjetividad, no sé si me expreso bien.

    Tus escritos me ofecen mucho, para pensar, para observar, para entender y más aún, lo que no me queda claro es si sólo están en mi pequeño mundo o viajan libres al gran cosmos, modificándolo en dosis ligeras en la conciencia de cada lector que se topa con ellos. Hay un mundo por descubrir en tus publicaciones.

    Un abrazo.

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