La parodia del clima

Desde la revolución industrial, hemos estado representando una comedia negra con el clima. Los países poderosos lo han llevado al límite, y ahora los llamados emergentes le van a dar la puntilla. Si por algo se caracteriza el progreso es por que no piensa en su futuro. Eso quiere decir que el sistema basado en un desigual reparto de la riqueza también va a cargarse la vida en el planeta. Ese apocalipsis ya no depende del capitalismo. Ahora depende del planeta. En Bakú, la COP29 ha terminado con un acuerdo para sufragar con 290.000 millones de dólares a China e India para que limiten sus emisiones. La ONU, de la que depende la COP29, nunca ha servido para nada. Ni siquiera debería montar cumbres. La opción de salvar el planeta depende de la buena voluntad de quienes, precisamente, están luchando por contaminar más, para ponerse al nivel de progreso que requiere el mundo en que vivimos. China no progresa para conseguir un mayor bien común, sino para convertir a sus ciudadanos en los objetos de una nueva forma de esclavismo. También para que mueran por la contaminación.

            Los que reciben ese dinero, China e India, entre otros muchos, son los que deberían pagar por contaminar, pagar a países como Brasil, pagar a África, a los que contienen los grandes bosques ecuatoriales. Frente a ello, reciben un dinero que no van a emplear más que en inflar un Estado que promulgue leyes contra el clima. El hombre que tiene que respirar está cada vez más a merced de quien tiene que ganar dinero. El hombre que quiere legar a sus hijos un planeta, un lugar en el que vivan y sean felices, ya no tiene en sus manos influir sobre un sistema que lo ha deshumanizado todo. Así que lo más previsible, y también lo más plausible, es que sea el mundo el que se libre a sí mismo del hombre. Espero que nadie proteste. El problema estriba en el modelo de desarrollo que hemos planteado. Un modelo sin futuro, un modelo en que los ricos de cada generación luchan por que la suya sea la última.

            ¿La solución? Repartir mejor la riqueza, así de simple. No podemos basar nuestro progreso en que los que no tienen nada tengan que pagar por lo que les sobra a otros. Limitar la riqueza. ¿Les parece utópico? Nos queda una larga etapa de sufrimiento. Y sufrirán los de siempre. ¿Gente de la que se puede prescindir? El desarrollo, el progreso tendría que consistir en que el capitalismo dejara de serlo, porque dudo de que se pueda renovar, o cambiar. Nos ha llevado ya a un punto de no retorno, porque existe un síndrome que afecta a los ricos: no están dispuestos a morir solos. Quieren que todo el mundo muera con ellos. Es el conservadurismo llevado a un punto en que se convierte en existencialismo. Si no se les detiene, no quedará nada por lo que luchar.

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